LA SEMILLA

“De cierto os digo, que si tuviereis fé como una semilla de mostaza, diréis a este monte: pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible.”

                                                                                          Mateo 17:20

LA SEMILLA

“¿Creen ustedes que una Semilla sufre de aburrimiento”?

Pregunta que hizo un antiguo Maestro hace algunos años en uno de esos vívidos y lúcidos sueños, que nos hacen cuestionar, si estamos dormidos o despiertos.

Si estamos dormidos o estamos  muertos. Si somos Semilla, Sinsemilla, si somos clonados o si somos injertos. 

Era una de esas noches cuando el velo que separa tantas realidades, desaparece. Cuando la ilusión de separación, se desvanece.

Experiencia con potencial de Ser espiritualmente positiva y muy productiva, activando nuestra innata Semilla, si no le llamamos, pesadilla y si el miedo y terror no nos estremece.

Quizás era mi antiguo Maestro continuando sus enseñanzas a otro nivel de consciencia como lo prometía a menudo.

“Les seguiré enseñando a otro nivel, cuando la Semilla de su espíritu, comience a despertar, y que Dios, nunca estuvo afuera de tu Ser comencés a comprender.” El añejado viejo decía.

Tal ves era la Semilla de mi Ser despertando, brotando, a otro nivel Ella misma enseñando, con mi ego platicando. Aunque casi si empre termina el ego rezongando.

Quizás era la parábola del Cristo, Él mismo explicando y clarificando, y la Semilla enterrada en lo profundo de mi Ser despertando y activando. Probablemente como a Lázaro, de su Sueño mortal despertando, de mi sueño de humano despertando. 

Semilla sembrada en lo más profundo de mi Ser en un lindo amanecer, cuando la Madre Tierra me vio nacer,  y hoy brota en mi Ser, y las primeras hojitas comienzan a aparecer.

Gracias doy a Dios, al Universo, a la Gran Madre por enseñarme a Ver, por la simpleza de la vida poder un poquito entender y la oportunidad de vivir La Vida Loca también tener.

Hoy día, me encanta ver el amanecer, el atardecer y caminar en el crepúsculo antes de anochecer.

Por la oportunidad, por la fuerza, por la resiliencia para poder hacer las cosas que vine a esta específica existencia a hacer, antes que la nieve del tiempo cubra mi coco loco y se llegue la hora de transcender, de mi nuevo amanecer.

Por la oportunidad, por la sabiduría, por la oportunidad de sentir mi connatural Semilla brotar y despertar. Por el albedrío de simplemente poder hacer tiempo (o no tiempo) para Ser.

A pesar del Medio Ambiente que hace a Uno a veces querer retroceder, enloquecer, y algunas veces asta de esta realidad querer desparecer.

Pero, “Patras ni pagarrar aviada” decía un hanciano Cubano que me vio como un cipote inberbe crecer. 

Varias etapas y capas tiene la Semilla que romper, primero la cáscara y después la tierra para ver un nuevo amanecer.

Luego en la superficie, el toque de la vida, de los elementos con su amor y furia, tendrá que transcender para poder crecer, y tal vez un día llegar a florecer y quizás su fruto al mundo ofrecer.

Así mismo, como una Semilla, etapas en nuestras vidas algunas veces tenemos que transcender, diferentes capas remover para poder proceder, y  nuevas experiencias y realizaciones tener.  

En medio de las tormentas es difícil los rayos de luz poder ver, pero están allí esperando el  aclarecer.

Semillas enterradas en la tierra, semillas enterradas en lo profundo de nuestro Ser, esperan también con ansias el aclarecer, para la luz del sol poder ver y absorber, sus entrañas activar y a la vida despertar.

Las raises de la semilla enterradas en lo profundo de la tierra de mi Ser, hoy, se comienzan a remover, creando en Mí, un nuevo amanecer. 

Así como las ramas arriba, también  abajo, las raises se comienzan a expander y lo que está por dentro, hacia afuera comienza a crecer.

No pretendo todo saber ni los misterios de la vida entender, sufro y lloro, canto, río y oro. Me rompe el corazón la vida, pero de Ella siempre me enamoro.

¿He de amarla solamente cuando me da amor, plata y oro? O amarla también cuando por adversidades sufro, lloro y oro.

Despertá Alma mia encerrada en mi enterrada Semilla, amá la Vida, y a la Gran Madre dá gracias y cantále al Señor Dios de tu Ser como un loro.

Raises y espigas, en diferentes direcciones comienzan a crecer y hay algo en mi Ser que siente algo comenzar a renacer.

Quizás todo ha sido simplemente producto de observar el amanecer, o de absorver los rayos del sol caminado al atardecer, o absorber el crepúsculo antes de anochecer, espantando a los zancudos que me quieren morder.

Quizás por el simple acto de la vida apreciar, de la belleza de la Gran Madre Naturaleza observar.

La mejor Maestra es la Naturaleza sin dudar haciendo las Semillas brotar.  Enseña con el pajarito al cantar, con la abeja al volar y con  la lagartija en su mirar, y cuando simple y sencillamente se pone al sol disfrutar. 

Que Lindo es ver, el milagro de la primera hojita de la Semilla brotar, y con los soles y lunas verlas crecer.

¿Que hizo la Semilla crecer? ¿Quien hizo la Semilla de mi Padre, en la gruta de mi Madre renacer? ¿Como me vio la tierra nacer?

Solamente con la semilla de la chispa de vida, con la chispa de Dios y la Gran Madre enterrada dentro de mi Ser, me vio el mundo aparecer.

¿Que me llevaré cuando se llegue el tiempo de transcender, de mi nuevo amanecer?

¿Viviré una vida solanamente de sobrevivencia y de placer o en busca de poder?

No dejaré la Semilla enterrada sin verla brotar, renacer, florecer y el fruto al mundo ofrecer.